Todos tenemos días malos. Por que sí, por nada o por todo. Te das cuenta cuando el que se levanta así un día no es otro, eres tú. Y sólo pides no pagarla con otros. ¿Pero qué pasa? Que lo haces. Y todo el mundo hace daño algún día. Y puede que ni siquiera se de cuenta. No recuerdes de alguien esos días. Y si no te queda otra que recordar porque no puedes olvidarle, recuerda lo bueno. O recuerda cuando tú tienes uno de esos días en los que sin justificarlo, lo pagabas con todos.
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